lunes, 19 de noviembre de 2012

LA INFANCIA, MOTOR DEL CAMBIO


Defendiendo el agua en la calle o llorando a sus muertos en Bolivia,  exponiendo sus cuerpos a los rituales iniciáticos en Etiopía, convirtiendo las  armas en juegos en Yemen o protestando por agresiones fundamentalistas  en Túnez, las mujeres y los niños siempre están en primera línea de batalla. Gracias a ellos todavía se mantiene a flote el barco y aunque normalmente  no sean los primeros en ser rescatados suelen ser los últimos en hundirse,  Anouk Garrigues, fotoperiodista.

El día mundial de la Infancia puede tener muchos rostros. La organización Zerca y Lejos ha buscado los rostros y testimonios de aquellas personas que luchan por conseguir un futuro mejor para los niños de Bolivia, Indonesia, Camerún y Camboya. Por ello, organizaron el pasado sábado un encuentro sobre cooperación que reunió a los representantes de distintas organizaciones y  periodistas especializados en el sur, en el Centro Cultural Galileo de Madrid.

En Phnom Penh,  la capital de Camboya, muchos niños viven recogiendo basura. La organización Por la Sonrisa de Un Niño atiende en un mes a más de 2000 niños de las calles de la ciudad, ofreciéndoles una educación en los Centros de la Fundación. Pablo Alonso Colchón, responsable de Comunicación y coordinador del Programa de Continuidad Escolar,  explicó en el encuentro los proyectos que realiza la organización, asegurando que cada año se consigue el objetivo de la ONG: evitar que los niños regresen de nuevo al basurero.

En Camerún muchos niños, por el mero hecho de pertenecer a la etnia pigmea baka, no tienen derecho a una educación. La ONG Zerca y Lejos, lucha porque las diferencias de razas puedan desaparecer a través de la educación y la convivencia. Este objetivo lo  ha conseguido junto a los voluntarios de ZyL en el Hogar Infantil de Bengbis, una ciudad en los más profundo de la selva Camerunesa, donde los pequeños pigmeos, bulus y bantúes conviven desde pequeños, además de recibir la formación necesaria para labrarse un futuro digno. Más de 160 niños estudian actualmente en el Hogar.

En la ciudad de Maumere, perteneciente a la isla de Flores y capital de la regencia de Sikka en Indonesia, la mayoría de la población sobrevive en la pobreza. En esta zona los niños sufren grandes casos de desnutrición severa, tal como indica Francisco López, director de Relaciones Externas de Aldeas Infantiles SOS. Uno de cada cinco niños está por debajo de su peso normal, y el 25% de los niños entre uno y cuatro años sufre anemia. “Hay una percepción social general de que el consumo de alimentos sanos y nutritivos significa vivir una vida de lujo”, asegura Francisco. Aldeas Infantiles SOS lleva más de cincuenta años luchando por el desarrollo autónomo de los más pequeños, el fortalecimiento de las familias y el amparo de los jóvenes que se ven privados de un cuidado parental.

El encuentro de cooperación también contó con la colaboración de la fotógrafa Anouk Garrigues, quien lleva conviviendo con los jóvenes de Túnez, Etiopía, Bolivia y Yemen varios años, con el fin de mostrar la realidad, en muchas ocasiones conflictivas, del estrato más débil de la raza humana: la infancia.  La periodista y presentadora del programa Coordenadas de  Radio Nacional, Esther Ferrero cerró las jornadas moderando un debate sobre la importancia de la educación en los países del sur, los problemas a los que se enfrentan las organizaciones en este ámbito y los valores que los adultos pueden aprender de los más pequeños.

Tal y como afirma la fotógrafa y periodista  Anouk Garrigues, los pequeños son los primeros en padecer las consecuencias de todos los conflictos del planeta, en sufrir el peso de las tradiciones, en llenar los espacios con sus cantos y sus juegos, y los primeros en reconstruir y dar vida a la tierra.