lunes, 21 de noviembre de 2011

Hogar infantil de Adjolí, en lucha por una educación infantil para los niños de Camerún




Os escribo desde el asiento 9F del avión que me lleva desde Bruselas hasta Madrid, tras haber pasado tres semanas y media trabajando en Hogar Infantil ZyL en Bengbis. Me fui de Madrid el día 30 de Septiembre. Mi trabajo ha consistido en preparar la "vuelta al cole” de los niños del Hogar


Este año escolar tenemos en el Hogar a 174 niños y niñas (100 niños y 74 niñas), cursando en la Escuela Primaria y 28 niños y niñas en la Escuela Secundaria. En total son 67 niñas pigmeas Y 78 niños pigmeos.

Empena Marceline, Adjut Jeannete y Sala Yvette son tres niñas pigmeas del hogar que este verano se han quedado embarazadas durante las vacaciones veraniegas. Al quedarse embarazadas, estas niñas tienen que dejar la escuela y ocuparse de su estado de gestación.

Igualmente, dos niñas (Apon Sara y Abelenyo Suzane) que habían comenzado en el Hogar en el año 2005, y que ahora están en plena adolescencia, no han querido seguir estudiando. A pesar de varios viajes a sus pueblos y varias reuniones familiares, no ha habido forma de que continúen con la escuela. Otra niña pequeña (Zeloume Ana Therese), que comenzó en el Hogar el año pasado, se ha desplazado con su familia a un pueblo más lejano, por lo que no ha podido venir al Hogar este año. Tampoco han continuado con los estudios dos alumnos de Secundaria del año pasado, que fueron expulsados de sus respectivos centros por mal comportamiento (Mazo Bonnelle y Engono Anges).

Al no retornar a la escuela, Sylvan, el director de la Escuela y yo, fuimos a buscar a los alumnos ausentes a principio de curso a su pueblo, Kua, en una moto cada uno, para ver cómo se encontraban. Al llegar al pueblo nos encontramos con Abelenyo. Su padre estaba completamente bebido. Le pedimos al resto de gente del pueblo que avisaran para que Apon Sara y Adju Jeannete vinieran también para que pudiéramos verlas y hablar con ellas. Estuvimos un rato esperando y apareció Apon. Adju no vino. No puedo describiros lo que sentí al ver a Apon. Tanto ella como Abelenyo empezaron su educación en el Hogar, en el 2005. Y ahora ya son mayores. Apon estaba completamente despeinada, con la cara sucia y pálida y con un vestido raido. Venía de la plantación, donde había estado trabajando por la mañana. Estuvimos hablando con Abelenyo y con Apon durante 3 horas, con el jefe del pueblo y con más adultos, intentando entender porque no querían volver al Hogar. Las dos habían cursado CM1 el año anterior, y todavía les quedaba el curso de CM2 para acabar la primaria. Hablamos Sylvan y yo, también los adultos, y también las niñas. No fuimos capaces de convencerlas, y decidieron quedarse. Les dimos aun así la oportunidad de pensárselo, y si cambiaban de idea, que vinieran al Hogar antes de que yo me volviera.

Tras visitar Kua salimos en dirección a Somalomo, para ver si podíamos ver a Zeloume Ana Therese. Llovía entonces a mares, y nos calamos nada más salir. Llegamos a las 5 de la tarde aproximadamente. La familia de Zeloume estaba en un campamento pigmeo más alejado. Había que cruzar el río Dja para llegar allí. ¿Qué hacemos? Estamos empapados hasta el alma, hace frío, y todavía hay que seguir una hora más para llegar, con la incertidumbre de no saber si realmente está allí. Pero allá que fuimos. Conseguimos cruzar no sin dificultad, y Zeloume estaba allí con su familia. No querían que viniera al Hogar, porque la madre de Zeloume tenía otra niña pequeña, y si ella se iba, no iba a poder ayudarla con el cuidado de la pequeña. Imposible de convencer. Una hora de conversación. Vuelta a Somalomo.

No podíamos volver a Bengbis ahora, ya de noche y empapados. Así que nos quedamos a dormir en un albergue, y a las 4 de la mañana salimos para Bengbis, pasando por Ndjibot para poder ver a Sala Yvette, que estaba bien, y a Empena, que también estaba bien. Llegamos a Bengbis a las 7 y media de la mañana, y pudimos ir para Sangmelima a una reunión muy necesaria e importante que teníamos concertada con el SEDUC sobre los colegios.

¿Por qué dos niñas adolescentes prefieren quedarse en su pueblo antes que continuar los estudios? ¿Por qué una madre prefiere que su hija se quede con ella ayudándola antes que pueda estudiar? ¿Por qué tres niñas adolescentes se quedan embarazadas? Estos baches nos duelen en lo más profundo, pero nos recuerdan que tenemos que seguir poniendo todo nuestro esfuerzo en la educación y comprensión de los niños más pequeños, de los que se van haciendo mayores y de las propias familias.

Mientras volvíamos en la moto hacía Bengbis, uno de los choferes me dijo que la gente de Somalomo había comentado que cómo era posible que un blanco se desplazara en moto sobre la lluvia, que cruzara el rio, sólo para que una niña pigmea fuera a la escuela. La realidad es que a mí me creaba bastante angustia no saber qué les podría haber pasado a estas niñas, pero tras el viaje y sabiendo que estaban bien, y a pesar de no haber conseguido que vinieran, según volvíamos a Bengbis, el cansancio o el agua no nos molestaban, y sólo pude mantenerme en silencio y sonreírme por dentro ante este comentario…

Por cierto, Abelenyo y Apon no vinieron.

Arturo García Pavía

Coordinador de Educación de Zerca y Lejos ONGD